¿Sabías que el kiwi es originario de China, donde lleva cultivándose cientos de años, pero no obtuvo popularidad hasta que se comercializó desde Nueva Zelanda? La historia de esta fruta es cuanto menos singular, ya que proviene de la baya de una enredadera, la Actinidia deliciosa, que crece en una zona muy extensa de China. Es un fruto perfecto para ser trasladado a lugares templados, donde se cultiva muy fácilmente. A principios del siglo XX fue introducido en Nueva Zelanda, una nación de Oceanía, pegada a la inmensa isla de Australia. Lo más curioso de todo es que el fruto se conocía por entonces como grosella china, a pesar de ser el mismo que todos encontramos hoy en los supermercados. El nombre de Kiwi se adoptó a mediados del siglo XX precisamente en Nueva Zelanda, como homenaje a su animal nacional. Además, a los neozelandeses también se les conoce como kiwis dentro del entorno anglosajón.
El nombre pareció gustar tanto que finalmente se quedó como marca comercial. Hoy por hoy, el kiwi es una fruta muy habitual en cualquier país del mundo, especialmente los más cálidos, donde también se cultiva. Sin embargo, no deja de ser curioso que una fruta de origen chino haya sido puesta de moda desde Nueva Zelanda. No es solo por su nombre, aunque tal vez haya tenido algo que ver. El kiwi ha ganado en popularidad en los últimos años gracias a su sabor y, sobre todo, a sus increíbles propiedades. Y es que como fruta que es, cuenta con una gran cantidad de nutrientes, vitaminas y minerales que lo hacen perfecto para cualquier dieta. De hecho, el kiwi es recomendado para muchas personas que sufren retención de líquidos, sobrepeso o incluso problemas intestinales. Seguramente ya estés al tanto de todo ello, pero por si acaso, nosotros hemos querido reunir los beneficios más importantes de esta curiosa fruta en este artículo, para que los conozcas todos y te decidas a probarla.
Beneficios para la piel
El kiwi es, curiosamente, una de las frutas con mayor concentración de vitamina C que existen. Y sí, siempre hablamos de los cítricos como la naranja, el limón o la mandarina, como auténticas estrellas de esta vitamina en particular. Sin embargo, el kiwi tiene mayor concentración que todas ellas, y eso traerá unos beneficios muy patentes para nuestra piel. La vitamina C nos protege de manera directa, acelerando y mejorando el proceso de cicatrización de cualquier herida, por ejemplo. También interviene, junto a los antioxidantes, en ralentizar nuestro envejecimiento, algo que se puede comprobar a simple vista en nuestra piel. Comer kiwi nos permitirá tener una piel más sedosa, menos agrietada y con menos arrugas incluso, así que no es ninguna broma disfrutar de algo así en lugar de lanzarnos a por carísimos cosméticos.
Ayuda a adelgazar y no retiene líquidos
El kiwi, como ya hemos apuntado brevemente al principio, ayuda al tracto intestinal y permite que las personas que retengan líquidos puedan solventar ese problema. Es un alimento que puede considerarse casi diurético, algo que no es tan común como pudiera parecer. En las dietas para adelgazar, el kiwi siempre es un invitado importantísimo, ya que como fruta ofrece una ingesta de alimento muy nutritivo pero con escaso aporte calórico. Esto es justo lo que debemos buscar si queremos bajar de peso. De la misma forma, el kiwi evita el estreñimiento al mantener un buen tracto intestinal. Luego lo veremos con más atención, pero solo apuntar una cosa: es una de las mejores frutas para tomar después de comer, ya que ayuda muchísimo a la digestión.
Circulación sanguínea
Las propiedades beneficiosas de esta fruta no terminan aquí. El kiwi es, además, uno de los mejores alimentos para “limpiar” nuestras arterias, fluidificándolas y consiguiendo mantenerlas más sanas para evitar, por ejemplo, las obstrucciones por colesterol. Gracias a esto, una persona que toma kiwis de manera habitual suele tener una mejor circulación sanguínea, algo que por supuesto favorecerá su salud de manera patente. Los problemas coronarios y circulatorios siguen siendo una de las principales casusas de muerte natural en nuestros días. Por eso es importante no solo cuidarse a la hora de evitar alimentos con mucho colesterol o grasas saturadas, sino también comer mucha fruta, como el kiwi, que nos ayuda a limpiarnos por dentro. Una buena circulación evitará también problemas como las varices o el dolor en algunos músculos, algo que resulta verdaderamente molesto si no se frena.
Efectos en el sistema inmune
El kiwi no deja de sorprendernos, y según los últimos estudios que se han centrado en descubrir sus beneficios en nuestro cuerpo, también nos ayuda a mantenernos más fuertes, reforzando nuestro sistema inmune. Se trata de un alimento con una gran cantidad de nutrientes, que ayudan a mantenernos siempre preparados para atajar cualquier problema que pueda surgir en nuestro cuerpo. Esto lo consigue gracias, sobre todo, a la vitamina C, de la que ya hemos hablado, y a su contenido en ácido fólico. Además de fortalecer nuestro sistema inmune para protegernos de resfriados y virus, el kiwi también nos aleja de la tan temida anemia, la falta de vitaminas que puede convertirse en un problema grave si no se evita pronto. Por eso es tan recomendable incluirlo siempre en nuestra dieta.
Ayuda a la digestión
Es seguramente la propiedad más popular y conocida del kiwi, la de ayudarnos a mejorar nuestra digestión. Lo hace, por supuesto, gracias a los efectos que tiene sobre nuestro tracto intestinal, favoreciendo que su movimiento sea el correcto, y que no haya obstrucciones. Una buena digestión no solo nos ayudará a evitar estreñimientos y posibles problemas intestinales, sino que también nos hará tener mejores sobremesas, e incluso dormir mejor. Y es que muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño debido a malas digestiones, después de haber comido demasiado. También es posible tenerlas por haber ingerido alimentos pesados de digerir. Tomar kiwi de forma habitual evitará que este problema se haga más grave y nos llegue a molestar demasiado.