Cada vez que el año termina solemos echar la vista atrás para comprobar lo que hemos logrado, lo que hemos obtenido y también lo que hemos perdido. Una revisión nostálgica aunque natural de nuestros últimos meses, que nos permita entender cómo hemos llegado al punto en el que estamos. Aprender de los errores y tratar de subsanarlos con propósitos de año nuevo que incluso apuntaremos en una lista, para que no caigan en el olvido. Pero ya sabemos lo que ocurre con la mayoría de esos propósitos. Muchos quedan en nada, a pesar de que intentemos llevarlos a cabo. Otros son tan imposibles que ni siquiera los comenzamos a desarrollar. Las ganas de hacer cosas nuevas y poner nuestra vida en orden se esfuman en cuanto la realidad de la rutina nos pasa por encima. Pero hay propósitos a los que sí deberíamos prestar mucha más atención, como el de bajar de peso.
Actualmente, y esto es una realidad, son muchas las personas que están por encima de su peso ideal. No se trata de una cuestión meramente estética, ni estamos hablando de que estén obesos, simplemente tienen algo de peso por encima de lo que la ciencia recomienda. Apenas unos kilos, es posible, pero eso ya les hace sentirse más pesados, tener menos energías, etc… Rebajar esos kilos de más, quemar la grasa que nos sobra, ponernos en forma… Todos esos objetivos los tenemos en mente cuando realmente queremos cambiar nuestra vida. Porque apenas un pequeño y ligero cambio en nuestra rutina de ejercicio puede suponer una diferencia brutal a la hora de la verdad. Para adelgazar no hay trucos mágicos ni fórmulas secretas. Se trata, simplemente, de combinar una buena alimentación, sana y equilibrada, con un poco de ejercicio, para dejar atrás el sedentarismo que seguramente nos esté matando. El problema es que a muchas personas les falta tiempo, además de ganas, las cosas como son, para apuntarse al gimnasio o salir a hacer ejercicio. Es algo que no les atrae demasiado, y por consiguiente, siempre encuentran excusas para no moverse. Pero hay una alternativa magnífica para quemar calorías, que seguramente nadie rechazaría jamás: el sexo.
Quemar calorías a través del ejercicio
Antes de entrar en el tema que nos concierne más concretamente vamos a especificar un poco más cómo va eso de quemar calorías. Las calorías son una unidad de medida que se basa en la energía que nos aporta un alimento. A mayor número de calorías, más energía nos aporta lo que comemos o bebemos… aunque no siempre es así. Como ocurre con todo, hay calorías buenas y completas y otras calorías vacías. La comida chatarra tiene unos picos calóricos increíbles y no aporta nada bueno a nuestro organismo, más allá de ese chute de energía. Al ingerir un mayor número de calorías de las que gastamos en nuestra vida diaria, estas terminan almacenándose en nuestro cuerpo, en forma de reservas de grasa. Esto es lo que nos hace engordar y poner kilos, que luego resulta muy complicado rebajar. ¿Cuál es la solución? Reducir por una lado la ingesta de calorías perniciosas, y por otro, aumentar el ejercicio que realizamos para quemar las que nos sobran.
El sexo, una alternativa excitante
El ejercicio físico supone movimiento, y esto hace que nuestro organismo necesite tirar de reservas calóricas para saciar nuestra demanda. Es como tener un depósito lleno de combustible en nuestro cuerpo. Si apenas cogemos el coche durante cinco minutos no gastaremos demasiado. Pero si le damos caña, aceleramos, frenamos y hacemos rutas más largas, el depósito acabará vacío. El ejercicio es imprescindible para bajar de peso, pero también para ponernos en forma y evitar ciertas dolencias, desde el reuma hasta los problemas de articulaciones. Existen infinidad de alternativas para realizar ejercicio físico y quemar calorías en el proceso, adaptadas a todo tipo de cuerpos, a cualquier forma física… Pero nosotros queremos centrarnos en la más especial y excitante: el sexo.
Porque a no ser que nos tumbemos en la cama y nos dejemos hacer, el sexo siempre supone un esfuerzo físico intenso, y eso es precisamente lo que buscamos. Dependerá, por supuesto, del tipo de encuentro sexual que llevemos a cabo, de la intensidad que pongamos, del tiempo que duremos… Pero lo que está claro es que el sexo es una alternativa magnífica para aquellos que aseguran que no disfrutan del deporte, pero aun así quieren hacer ejercicio físico. Según la ciencia, cuando hacemos deporte el cerebro segrega una serie de hormonas que nos hacen sentir satisfacción y felicidad. Con el sexo pasa exactamente lo mismo, pero de una forma incluso más intensa. Imagínate combinar ambas para tener un verdadero chute de satisfacción en cada momento…
Cuántas calorías se queman en un encuentro sexual
Considerar que el sexo es un buen ejercicio físico es algo que ya está bastante asentado en nuestra sociedad. Además de aportar ese movimiento y ese esfuerzo que necesitamos para evitar el sedentarismo, nos ofrece un placer íntimo muy especial que siempre viene bien tanto en lo físico como en lo psicológico. Sin embargo, hay ciertas dudas en torno al verdadero alcance del sexo como ejercicio físico. Es decir, puede ser una buena alternativa a ciertos ejercicios, pero difícilmente nos permitirá rebajar de peso solo con encuentros sexuales, porque la verdad es que el número de calorías que se queman no son tantas. Se han llevado a cabo estudios en universidades de prestigio acerca de este tema, determinando que la cantidad de calorías quemadas de media en un encuentro sexual ronda las 100.
Esto dependerá de muchos factores, como por ejemplo el propio género. Los hombres suelen pesar más que las mujeres y eso hace que necesiten más gasto calórico para este y para cualquier otro ejercicio. La postura también será determinante, en tanto que supondrá más o menos esfuerzo físico. El tiempo que dure el encuentro sexual llevará el gasto calórico más allá o menos… De todas formas, la mayoría de polvos no suelen durar más de 10 minutos, salvando los preliminares, que al ser más suaves no cuentan como “acción” realmente. Ese tiempo es insuficiente para que el cuerpo queme realmente las calorías, incluso con un esfuerzo tan intenso. Correr en cinta durante 20 minutos, por ejemplo, es mucho más efectivo a la hora de quemar calorías. Eso sí, también es más aburrido.
La resistencia y la fuerza, muy importantes
El ejercicio y el sexo son dos actividades paralelas que en realidad se retroalimentan. Cuando estamos en mejor forma física, hemos ganado en resistencia y en fuerza, el sexo se disfruta más porque dura más. Podemos meter más caña durante más tiempo sin cansarnos, y eso es muy importante. De hecho, cuando el sexo dura tanto es mucho más intenso y se queman más calorías. Pasa lo mismo que con el propio ejercicio en sí. Cuando estamos en mejor forma podemos realizar entrenamientos mucho más duros que nos ayudan a seguir quemando grasa. No hay solo que salir a hacer pesas o trotar en la cinta, hemos de combinar todos los ejercicios para ganar en forma física general. El sexo será mucho más divertido así, y eso ya es motivo suficiente para hacerlo, ¿no te parece?